El repaso
El repaso nos permite tener disponibles las cosas que hemos aprendido anteriormente y es necesario porque las cosas con el tiempo se olvidan.
El tiempo ideal para hacer el primer repaso es transcurridas 8 horas y el segundo repaso a las 8 horas siguientes al primero. De este modo parece que la posibilidad de evocar lo aprendido al cabo de un mes es del 60%.
Para que esto sea cierto los repasos deben estar bien hechos lo cual significa que una vez efectuado un repaso los contenidos vuelven a estar en la memoria al 100%.
Para repasar hay que:
1. Escribir el esquema de memoria
2. Hacer la repetición mental activa mirándolo (oral o escrito)
3. Consultar con el resumen las posibles lagunas
4. Hecho esto, repetir mentalmente de nuevo
5. Aunque es optativo, resulta aconsejable hacerse preguntas de examen y responderlas. Una equivocación es repasar pocas horas antes del examen todo. Lo ideal sería ir repasando o bien cada día lo anterior, un día a la semana, etc.
LA IMPORTANCIA DEL REPASO
El psicólogo alemán Herman Ebbinghaus, a finales del siglo pasado, realizó cientos de estudios que dieron mucha información sobre los ciclos de recuerdo y olvido.
Ebbinghaus descubrió que la mayor parte de faltas de memoria se producen inmediatamente después del aprendizaje:
A) En el plazo de una hora, se olvida más de la mitad del material original.
B) Nueve horas después, se pierde un 60%.
C) En el plazo de un mes, un 80%.
A pesar de esto, sabemos que si el material es revisado periódicamente, la retención puede ser óptima. El repaso refuerza las redes neuronales creadas al aprender nuevos temas y, por el proceso de consolidación, sitúa la nueva información en la memoria a largo plazo.
Si intentamos recordar algo, es importante el repaso. Y éste conviene hacerlo de dos maneras: Mientras leemos el material que queremos recordar, parémonos de vez en cuando y pensemos brevemente en lo que estamos leyendo. Resumámoslo para nosotros mismos en una palabra o frase ; liguémoslo a lo que viene antes o al contexto de nuestro estudio. Este simple acto de revisión consciente es una de las herramientas más eficaces para aprender y recordar.
Hay una estrecha relación entre la repetición en el tiempo y la eficacia de la retención. Y esto es así porque una fase importante del olvido se manifiesta 20 minutos después del aprendizaje; pero después, el olvido va progresando a medida que el tiempo avanza.
La técnica del repaso o revisión te permitirá consolidar lo aprendido hasta el momento. El repaso elimina gran parte de las singularidades caprichosas de la memoria, que en ocasiones, te hará olvidar cosas que creías bien aprendidas. El repaso además te ayudará a corregir los posibles errores que hayas podido cometer en redacciones, escritos, exámenes.
El tiempo ideal para hacer el primer repaso es transcurridas 8 horas y el segundo repaso a las 8 horas siguientes al primero. De este modo parece que la posibilidad de evocar lo aprendido al cabo de un mes es del 60%.
Para que esto sea cierto los repasos deben estar bien hechos lo cual significa que una vez efectuado un repaso los contenidos vuelven a estar en la memoria al 100%.
Para repasar hay que:
1. Escribir el esquema de memoria
2. Hacer la repetición mental activa mirándolo (oral o escrito)
3. Consultar con el resumen las posibles lagunas
4. Hecho esto, repetir mentalmente de nuevo
5. Aunque es optativo, resulta aconsejable hacerse preguntas de examen y responderlas. Una equivocación es repasar pocas horas antes del examen todo. Lo ideal sería ir repasando o bien cada día lo anterior, un día a la semana, etc.
LA IMPORTANCIA DEL REPASO
El psicólogo alemán Herman Ebbinghaus, a finales del siglo pasado, realizó cientos de estudios que dieron mucha información sobre los ciclos de recuerdo y olvido.
Ebbinghaus descubrió que la mayor parte de faltas de memoria se producen inmediatamente después del aprendizaje:
A) En el plazo de una hora, se olvida más de la mitad del material original.
B) Nueve horas después, se pierde un 60%.
C) En el plazo de un mes, un 80%.
A pesar de esto, sabemos que si el material es revisado periódicamente, la retención puede ser óptima. El repaso refuerza las redes neuronales creadas al aprender nuevos temas y, por el proceso de consolidación, sitúa la nueva información en la memoria a largo plazo.
Si intentamos recordar algo, es importante el repaso. Y éste conviene hacerlo de dos maneras: Mientras leemos el material que queremos recordar, parémonos de vez en cuando y pensemos brevemente en lo que estamos leyendo. Resumámoslo para nosotros mismos en una palabra o frase ; liguémoslo a lo que viene antes o al contexto de nuestro estudio. Este simple acto de revisión consciente es una de las herramientas más eficaces para aprender y recordar.
Hay una estrecha relación entre la repetición en el tiempo y la eficacia de la retención. Y esto es así porque una fase importante del olvido se manifiesta 20 minutos después del aprendizaje; pero después, el olvido va progresando a medida que el tiempo avanza.
La técnica del repaso o revisión te permitirá consolidar lo aprendido hasta el momento. El repaso elimina gran parte de las singularidades caprichosas de la memoria, que en ocasiones, te hará olvidar cosas que creías bien aprendidas. El repaso además te ayudará a corregir los posibles errores que hayas podido cometer en redacciones, escritos, exámenes.
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